Todas las miradas del planeta están puestas en Brasil en este período que va entre la COP 28 y la COP 30, con derecho al G20 este año, bajo el liderazgo de Brasil. Evidentemente, existe una gran distancia entre el consenso y el disenso, lo que requiere un amplio debate entre los actores del sector público y privado.

AGRO SEA propone un debate entre científicos e inversores, para que las partes puedan formarse juicios y evaluar los riesgos relacionados con el capital invertido y los riesgos socioambientales. Se esperan avances importantes, pues las partes ya conocen los riesgos de no hacer nada.

Se debatirán tres temas:

1. Secuestro de carbono

2. Emisiones entéricas de metano

3. Hambre Cero

Se realizarán experimentos de campo durante 18 meses para acercar a las partes interesadas y los resultados serán entregados por AGRO SEA al gobernador Helder Barbalho para que los difunda al mundo en la COP 30.

¿Quién se beneficia de esto?

El gobierno brasileño que brinda al mundo soluciones para contener las emisiones de GEI; los promotores de experimentos de campo que anticipan los resultados que se alcanzarán, y los patrocinadores de AGRO SEA, cuyas marcas estarán asociadas a la descarbonización de la economía.

¿Y quién pierde?

Aquellos cuyos intereses están asociados a la desaceleración de la transición energética, los productores de agronegocios cuya competitividad proviene de los subsidios públicos y todos los negacionistas del cambio climático.

Todos perdemos si no se hace nada y todos ganamos si se reduce el hambre en el mundo mediante políticas públicas guiadas por la sociedad civil.

Es AGRO SEA ensuciándose las manos, "hands on".